Esta vez, a pesar de que esta carta te la envió a ti, no será para ti...
esta vez el titulo cambiara.
Querida Amiga.
Hace poco pude ver la película que me prestaste y recordé que no te había
agradado el final. No entiendo porque si la idea de que alguien te espere después
de un largo viaje es algo realmente bello y más si aquel viaje es para
encontrarte a ti mismo.
¿Sigues viajando o solo soy yo la perdida?
Supongo que a nadie le gustan las despedidas. Tal vez por eso ella se
fue sin decir nada, Solo se mantuvo en contacto con por medio de cartas. Como
yo lo hago con mi querido Sol. Pero sin duda cuando se cierra una puerta, otras
dos se abren y es mucho más fácil si tienes la llave correcta.
¿Acaso tú ya desechaste las llaves que guardabas?
A veces pienso y creo que ni siquiera las has visto. O sencillamente
no te has molestado en revisar las reales, aquellas que logran forjar destinos
y amores y no, no son aquellas que sueles perder en tu bolsa.
Tal vez esta vez vaya al café del mercadito y sea diferente a lo
acostumbrado. Me pregunto si habré escogido las llaves correctas para contar
las historias que ocultan cada una de ellas.
El temor a equivocarse siempre está presente, espero que tú, amiga mía, no
dilates en ver tus llaves y no huyas.
Yo no huiré, aunque es lo que más deseo en este mundo.
Por un momento seré valiente y fuerte como tú... que eres una cenicienta
esperando su príncipe, hasta entonces me seguiré comiendo un pay de arandano
con un helado, en el café ya mencionado.
Me despido.
Entre el 3 y 4 de Feb 13
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